El agave es mucho más que el ingrediente principal del mezcal; es el corazón que late detrás de cada destilado, aportando su carácter irrepetible. Cada especie de agave, desde el comúnmente utilizado Espadín hasta los más exóticos y silvestres como el Tobalá o el Tepeztate, imprime un sello distintivo en el mezcal que produce. Cada planta, con su forma y tiempo de maduración, contribuye a un perfil único de sabores y aromas.

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